La decoración original de esta Sala, la de la época de Julio II, fue eliminada pronto y reemplazada con un nuevo revestimiento de madera, obra de Fray Giovanni da Verona, que se extendía sobre todas las paredes a excepción de la del Parnaso, en donde se conservó la decoración original, aún visible en nuestros días. El revestimiento de madera, en cambio, probablemente quedó destruido a raíz del Saqueo de Roma de 1527 y, en su lugar, durante el pontificado de Pablo III (papa durante 1534 – 1549), Perin del Vaga pintó un zócalo con claroscuros.
Las dos grisallas originales que se conservan bajo el Parnaso representan, a la izquierda bajo Safo, Alejandro Magno hace colocar los libros homéricos en la tumba de Aquiles, clara exaltación del legado griego y, a la derecha, bajo la figura de Horacio, Augusto impide que los ejecutores testamentarios de Virgilio quemen la Eneida, reivindicando el mundo cultural latino. De este modo la Iliada y la Odisea, por una parte, pero también la Eneida, se proponen cada una como obras inspiradoras de Belleza.
Una franja de frescos monocromáticos que imitan el bronce dorado y enmarcados de mármoles blancos de cariátides, se desliza alrededor de las paredes de la sala (excepto la del Parnaso) exponiendo episodios de historia sagrada y de estudio clásico. Son pinturas realizadas tras completarse la decoración de toda la Estancia, fechadas en 1541 y, seguramente como se afirma, realizadas por Perin del Vaga.