Bellori, ya en 1695, contradice la opinión de Vasari también con argumentos estilísticos, y coloca el fresco de la Disputa en el primer lugar de la serie de frescos de Rafael. Según él, el joven Rafael utilizó el fondo dorado para la zona del cielo al igual que lo habían hecho Pinturicchio y las generaciones anteriores de pintores. La aplicación del antiguo fondo dorado mostraba –según Bellori– que Rafael todavía no había llegado a la plenitud de su maestría.
Hasta el día de hoy, esta interpretación estilística sobre el uso del fondo dorado, ha impedido cualquier comprensión de la evolución artística de Rafael en sus inicios romanos. Es cierto que en las figuras de la Disputa aparecen elementos estilísticos antiguos junto a elementos que todavía habían de desarrollarse. Pero la Escuela de Atenas no debe fecharse partiendo de su elemento estilístico más reciente –el pensador sentado en el centro– porque se trata de una figura añadida más tarde.
Dado que, al contrario, el fresco de la Disputa fue pintado sin solución de continuidad entre las jornadas, tuvo que ser posterior a la Escuela de Atenas. Para la datación de la Disputa, hay que tener en cuenta el elemento estilístico más reciente: el personaje al estilo de Miguel Ángel, barbudo, ataviado con ropajes azules y amarillos, situado en el extremo derecho. En efecto, también éste revela que Rafael conocía a los profetas de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina.