Para completar una sala que tiene como tema la alianza entre el Trono y el Altar, notamos un pedestal monocromático que se desliza a lo largo de las paredes, alternado por cariátides donde se ven representados los príncipes cristianos más famosos de la Historia identificadas por inscripciones que figuran en la cornisa superior. Comenzando desde la pared del Incendio son: Godofredo de Bouillón, Astolfo de Inglaterra, Fernando el Católico, Lotario, Carlomagno, Constantino.
En su origen, las imágenes eran más numerosas. Vasari menciona otras dos: un hombre, Pipino, y una mujer, la condesa Matilde. Esta alteración del tejido ornamental originario constituyó el primer indicio de las restauraciones y de las transformaciones que la decoración sufriría en los decenios y siglos sucesivos. En 1527, durante el saqueo de Roma el palacio fue ocupado por los Lansquenetes, que llegaron hasta los aposentos privados del papa. Las huellas de su paso por el triclinium poenitius se evidencian en los agujeros de las balas en el basamento y en los golpes de las puntas de las alabardas en las figuras de los caballeros de Malta, de pie a la izquierda, en el juramento de León III. Estos daños fueron retocados una primera vez por Sebastiano del Piombo, quien había intentado varias veces, sin éxito, obtener el encargo de la decoración de las Estancias.
Más tarde -y esto explica la presencia in situ, aún hoy, de la relativa inscripción- Francesco Salviati pintó otro Pipino, substituyendo al que se perdiera de la decoración originaria de Rafael, y recibiendo como paga por ello 15 escudos el 29 de julio de 1541.
Pipino estaba representado, con toda probabilidad, bajo la ventana que da al Patio Borgia, dado que, en el derrame superior, a la izquierda, aparece la escena de la Sumisión del rey Pipino al papa Esteban II, en la cual el soberano franco, bajo la apariencia de “strator”, tiene simbólicamente la brida del caballo del pontífice. La actualidad de la escena queda señalada por la presencia del emblema mediceo sobre los arreos del animal y por el hecho de que el papa tiene los rasgos de León X.
En el lado opuesto del zócalo, al lado de Carlomagno, estaba situada con toda probabilidad la figura monocroma de la Condesa Matilde. Ambas imágenes de Pipino y Matilde se destruyeron a consecuencia de la creación o transformación de las dos aberturas actuales. La transformación de esta abertura fue realizada en 1517, una vez finalizadas las obras de decoración de la Estancia.