Adán y Eva se representan junto al árbol del paraíso donde se enrosca la serpiente. Siguiendo la iconografía tradicional en la mano de Eva aparece la manzana, que ofrece a Adán. Es una imagen del Génesis, que ha llegado desde el arte románico a nuestros días prácticamente sin alteración. Los primeros padres están representados como responsables de la “felix culpa” cantada en la Vigilia Pascual y que causó la venida del Redentor.
Las consecuencias del pecado original, plasmadas en el hecho de la expulsión del paraíso o en el trabajo de Adán y Eva, fueron la muerte, el trabajo penoso y la irrupción del mal en la creación.
Esta imagen está en relación con La Disputa del Sacramento, significando cómo el Sacrificio de Cristo -actualizado en el sacramento de la Eucaristía- redime al hombre del Pecado Original.
Tradicionalmente se ven influencias leonardescas en la figura de Eva y se atribuye a El Sodoma.